Cádiz es la cuna de una amplia gama de vinos tranquilos con una calidad espectacular. Blancos, rosados, tintos o espumosos que se adaptan perfectamente para cualquier maridaje. Vinos con o sin crianza, secos, semidulces o dulces que son la mejor compañía en las citas especiales.
Nada de esto sería posible sin las diferentes bodegas que se engloban dentro de la provincia. En Gaditaun trabajamos a diario para que nuestro catálogo sea una representación clara de la calidad gaditana y de todos los matices que tiene esta increíble tierra.
La calidad de los vinos gaditanos ha ido aumentando exponencialmente a la vez que han ido ganándose una merecida fama en el mundo entero. No es de extrañar hoy en día ver, en las mejores bodegas, algún vino nacido en la provincia más al sur de España.
Características principales de los Vinos de Cádiz
Lo más recurrente es diferenciar los vinos de la tierra según el tipo de uva con los que son elaborados.
- Uvas blancas: Pedro Ximénez, Palomino, Moscatel, Mantía, Doradilla, Lairén…
- Uvas tintas: Syrah, Merlot, Petit Verdot, Garnacha, Tempranillo, Cabernet Sauvignon…
Podría decirse que algunas de las tradicionales son esas, aunque como en todos los sectores, los cambios generacionales y la inquietud de las mentes gaditanas han introducido nuevas uvas que unidas a las tradicionales crean unos caldos inigualables.
Las Bodegas más especiales
Nada sería de los vinos de Cádiz sin la arraigada tradición de las familias que regentan las bodegas más especiales de la provincia. En Gaditaun nos sentimos bendecidas por trabajar con ellas a diario.
Bodega 4ojoswines
Diez años hace que tres mujeres inquietas se unieron para darle forma a esta bodega. Si algo la describe eso es Alma y Magia. Se trata de una bodega artesana 100% donde se muestra el vino de manera sincera, donde la mínima intervención es la que prevalece. Son tradicionales en sus métodos de elaboración, aunque sus vinos puedan ser tildados de alternativos. La reina de la bodega es y será la Moscatel de Alejandría, variedad a la que le deben todo y a la que aman, creen que aún tienen mucho por hacer con ella. La producción actualmente es de 8000 botellas.
Bodega Finca Las Mesetas
Entre Setenil de las Bodegas y Alcalá del Valle, en plena sierra de Cádiz, a más de 600 metros de altitud, nació este proyecto mientras comenzaron a crecer sus uvas Syrah, Merlot y Cabernet Sauvignon. La Sierra de Cádiz es el escenario perfecto para la creación de sus vinos. Vinos que siguen naciendo como tradicionalmente nacían. Una familia fuerte es el germen de esta bodega.
Bodega La Melonera
La Bodega La Melonera hunde su memoria en el recuerdo de lo auténtico y lo autóctono. Tiene su origen en 2003. Cuando el bodeguero Javier Suqué, heredero de una de las tradiciones vitivinícolas más importantes de España, compartió con su primo Jorge Viladomiu Peitx la ilusión de hacer algo diferente, algo que dejara huella. Se propuso recuperar una tradición vinícola con más de 3.000 años de antigüedad. En la vecina Ronda encontraron su lugar perfecto y ahí siguen, buscando que el vino siga mereciendo llevar el nombre de vino.
Bodega Maurer and Sons
En menos de dos años en unas tierras salinas, en las marismas del Guadalquivir, consiguió Peter Maurer cultivar con éxito cuatro variedades de uva. Adquirió en 2007 la finca «Viña Angelita», situada en el término municipal de Lebrija, de 4 hectáreas, concretamente en la margen izquierda del estuario del Guadalquivir y colindante con la balsa de Melendo. Una viña ecológica que ayuda a que la calidad de sus vinos sea inigualable.
Bodega Etú Vinos
En Vejer de la Frontera fue donde soñó afincarse Ute, la parte femenina de un matrimonio alemán que logró su objetivo de vivir a pocos kilómetros de las mejores playas atlánticas. No fue el único sueño que tenían. Querían vivir de recuperar la tradición en la elaboración de vinos y así fue como se hicieron con una hectárea de terreno y Hans Nerlinger, el marido, diseñó la pequeña bodega. Hoy pueden decir que los sueños se cumplen.
Bodega Portáles Pérez
Sanlúcar de Barrameda es un enclave sin el que no se entendería la tradición vinícola de toda la provincia. Allí es donde, durante más de 5 generaciones (aunque de manera interrumpida), esta familia ha estado vinculada al mundo del vino. En la actualidad su principal actividad comercial es la crianza y comercialización de vinos de las DD.OO Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda y Jerez-Xérès-Sherry.