Bodega Etú Vinos
La Bodega Etú-Vinos es el sueño de un matrimonio alemán y más concretamente de ella, Ute, que deciden establecerse en Vejer de la Frontera (Cádiz) y disfrutar del entorno que le ofrece esta zona del sur de la Península, en la provincia de Cádiz, a pocos kilómetros de las mejores playas atlánticas.
Compraron una hectárea de terreno y Hans diseñó la pequeña bodega, es el arquitecto y promotor del proyecto. Su creatividad y capacidad innovadora hacen que la bodega sea un ejemplo de diseño y originalidad (“incrustada” en el terreno, totalmente mimetizada con éste). En 2003 ya estaban sembradas las viñas en sus terrenos, desde donde puede verse el mar (la famosa playa de El Palmar). Y donde el clima combina la calidez del sur y la frescura del atlántico, proporcionando un ambiente único para el desarrollo equilibrado de la viña y de la maduración de las uvas.
Tras acudir con su proyecto y ser guiada por Belén Puertas (IFAPA, Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía) y Víctor Palacio (del grupo de investigación de Ingeniería y Tecnológica de Alimentos de la Universidad de Cádiz). Reúne fuerzas y conocimiento para comenzar a experimentar con distintas variedades de uva para sus vinos. Un camino lleno de obstáculos, hasta conseguir el resultado deseado. Finalmente “arraigan” la variedad sauvignon blanc para blanco, las syrah, merlot y cabernet sauvignon para tintos. En 2009 consigue sacar sus primeros vinos. Cada añada es distinta, va modificando los coupages y determinando la incorporación de otras variedades, como la autóctona tintilla de Rota. Qué tanto ha aportado a sus vinos. A pesar de todo, en opinión de la productora, su producción propia no alcanzaba (o alcanza) siempre el grado deseado, y compra en ocasiones (cuando lo necesita o estima oportuno) uvas a otros viticultores cercanos que aporten el nivel de azúcar que pudiera faltar.
Siempre exigente, Ute, busca en cada añada, mejorar y mejorar, como objetivo.
No únicamente las condiciones del terreno, del suelo y las climáticas son las dificultades a salvar en cada cosecha, también las plagas. Su producción por variedades está certificada como ecológica, aunque no sus vinos. No utiliza ningún tipo de agroquímico. Con todo, consigue perfeccionar cada cosecha y obtener alrededor de 4.000 botellas anuales. Por lo que hablamos de una producción limitada y artesanal, para los amantes de los vinos de autor que buscan la identidad y la expresión del “terroir”.
Además, Ute, tiene previsto sacar para el verano de 2021 una edición limitada de dos espumosos, blanco y rosado, con la marca “Erupción”, que han recibido calificaciones muy positivas en las catas celebradas este año 2020 tras el desconfinamiento.
Lo que no tiene previsto es crecer, prefiere mantener la bodega y su producción tal y como está. Ya que lo único que no realiza en su bodega es el embotellado y etiquetado, que hace en otra empresa de la provincia. De otra manera se vería obligada a cambiar la estructura de su bodega, y no lo contempla como una opción hoy por hoy. Todo esto le lleva a reconocer que no obtiene beneficio de ella, no es algo que le preocupe, puesto que puede dedicarse a lo que de verdad quiere. Eso sí, para afrontar los gastos de la bodega, Ute tiene otro negocio en el que gestiona 3 alojamientos rurales de la zona. Por si fuera poco llevar adelante, casi en solitario la aventura de la bodega. Mujer valiente, dedicada y “multi-tarea”. Vinos expresivos, equilibrados, con carácter atlántico.